Durante años las clínicas dentales individuales, pequeñas y locales, donde la propiedad, la gestión y el ejercicio de la profesión recaía en la misma persona, han supuesto la base y, en ocasiones, la práctica totalidad del modelo de asistencia odontológica en la mayoría de países de nuestro entorno. 

Es cierto que desde hace 10, 15 o 20 años, en función de cada país y legislación, el aumento de cadenas de clínicas, franquicias y grupos dentales, especialmente motivados por un afán inversor y con un objetivo económico legítimo, se han establecido, en mayor o menor medida, en el panorama visual de nuestras ciudades. Este hecho ha influenciado en la forma de entender la práctica odontológica y, como no puede ser de otra manera, en el servicio y la calidad que recibimos los pacientes.

Si analizamos en profundidad, la base del éxito de las clínicas tradicionales locales ha residido en 4 factores principales:

• El factor de proximidad: normalmente son clínicas establecidas desde hace muchos años en la misma calle, barrio o ciudad, cercana a nuestra residencia habitual. La accesibilidad, la cercanía y la permanencia en el tiempo suponen aspectos determinantes en nuestra elección como pacientes.

• El factor de confianza: es habitual que hayamos tenido referencias de vecinos, familiares o amigos tratados en las mismas instalaciones, e incluso tratados por el mismo profesional. Sin duda las referencias o testimonios dados por personas de nuestro entorno, hacía una u otra clínica, suponen un gran estímulo en nuestro proceso de decisión.

• El factor profesional: la precisión en el servicio y la excelencia en la calidad del tratamiento es tal vez el aspecto decisivo que motiva al paciente la elección y su continuidad en una determinada clínica dental. Es un aspecto que también motivará aún sin saberlo, su nuevo rol como autentico prescriptor de dicha clínica en su entorno: vecinos, amigos, familiares, trabajo, etc…

• El factor económico: aunque en menor medida, en ciertos pacientes sensibles al precio, en función de su situación económica y del tratamiento a realizar, el coste del servicio puede determinar la elección de una clínica u otra, e incluso la elección de un país u otro para realizar dicho tratamiento. De ahí la aparición de franquicias, grupos dentales que utilizan el precio en los tratamientos y un marketing ciertamente agresivo como principal reclamo para atraer nuevos “clientes” a sus centros. Llevado al extremo, es la justificación también en la aparición del llamado “turismo sanitario” ejercido en ciertos países como Turquía, Países del Este de Europa, etc.

Si estamos de acuerdo en lo anterior, estaremos de acuerdo en que, a groso modo, los 4 factores: proximidad, confianza, profesionalidad y precio son los aspectos determinantes en un paciente para la elección de su centro de tratamiento.

Dicho de otra manera, el nivel tecnológico que un gran grupo dental (franquicia, cadenas de clínicas, etc.) puede aportar afectará a la rapidez, a la eficiencia e incluso a la estética de cada centro. Hoy en día, las clínicas dentales individuales y pequeñas, done incluso en algunas conviven más de una generación de profesionales de la misma familia (padres e hijos), mantienen e incluso superan el nivel de inversión tecnológica que pueda llegar a hacer un gran grupo inversor en cada centro.

Hemos constatado incluso, que en muchas de las clínicas individuales, pequeñas y locales, el esfuerzo inversor en tecnología y estética de la clínica es mucho mayor a la de ciertos grupos dentales. Ciertas cadenas dentales y franquicias continúan más preocupados y motivados a minimizar costes y rentabilizar sus inversiones, no solamente en sus equipos tecnológicos sino también en la calidad y remuneración de sus profesionales.

Como conclusión, las clínicas individuales, pequeñas y locales, han de seguir su proceso inversor constante en función de sus necesidades y de acuerdo con las novedades tecnológicas que ofrece la industria del sector, pero al mismo tiempo no deben olvidar que el motivo de su existencia y la base de su futuro continuará siendo los 4 factores descritos.

La inversión en tecnología es un factor necesario pero insuficiente para asegurar el futuro del centro dental, independientemente de su tamaño.